Luego de un proceso tortuoso de prisión y que lo llevó a estar fuera de las canchas por año y medio, Hansel Salvador (Kikima), consideró que aprendió la lección y agradece a Dios la oportunidad de regresar al baloncesto.
El destacado armador y escolta al hablar de su experiencia de estar en ese espacio de tiempo en la cárcel de Najayo, explicó que ese período fuera de las duelas nacionales le sirvió de reflexión.
“Realmente la vida me ha dado otra oportunidad y gracias a Dios estoy contento y emocionado por la acogida que me ha dado el público, a pesar de mi error. Me han aceptado bien y además esos son aspectos que ayudan a uno como persona a seguir hacia delante”, dijo Salvador quien empezó su carrera a nivel superior en el 2000 con el club Calero de Villa Duarte, franquicia a la cual sigue ligado en el torneo de baloncesto superior del Distrito Nacional.
Señaló que hasta ahora todo le ha salido bien y espera mantener un buen comportamiento en su cambio de vida.
“Yo salí un martes y fue en la segunda semana de noviembre de 2007, luego al día siguiente debuté con Madre Vieja en San Cristóbal y encesté 38 puntos para ayudar en la victoria de mi y club, además me di cuenta que mis condiciones estaban bien, situación que brindó mucha satisfacción porque me escogieron el Jugador Más Valioso y también logramos el título de campeones”.
Se quejó que tuvo muy poco respaldo que al principio le dio la asociación de jugadores de baloncesto de República Dominicana.
“En los primeros diez meses que yo estuve en la cárcel, necesitaba de ayuda, pero ellos decían que no podían meterme la mano.
Además el beneficio que había de la duda, le dio valor a la persona que me acusaba porque vio que me dejaron solo.
Pero luego fue Soterio Ramírez, el presidente de la asociación, quien me facilitó una ayuda económica, también Andrés Liberato, el presidente del club Villa Duarte, mi mamá que nunca me dejó solo y varios amigos jugadores que también me dieron una cosita”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario